1907
En una pequeña aldea de la región de Oporto, llamada Rebordosa, dos hombres iniciaron una aventura para toda la vida: fabricar sillas y cambiar la historia de sus familias.
Abel Leite y Elias Dias, que eran vecinos y, a la vez, competencia, tenían un pequeño taller en sus casas, donde se dedicaban al arte de fabricar sillas casi de forma artesanal.
Los modelos que creaban con sus manos destacaban por sus tallados y sus curvas y, en aquel momento, únicamente estaban al alcance de las clases más adineradas de Lisboa y Oporto.
En aquella época, el medio de transporte más habitual en las zonas rurales era el carro de bueyes que, sin embargo, no estaba al alcance de todos. Las sillas las transportaban mujeres denominadas «carreteras», quienes las llevaban en la cabeza hasta el destinatario.
La vida de estos dos hombres se cruzó gracias al noviazgo de sus hijos, Mário Letie y Rosa Dias quienes, en 1959, se casaron.